Las sevillanas, antiguamente llamadas seguidillas sevillanas, son una música y danza típicas de Andalucía sobre todo en Sevilla, Huelva y Cádiz, en el sur de España, bailado en parejas y de carácter festivo. La música tiene su origen en la seguidilla manchega, de la cual hereda la estructura pero que, debido al contacto con otras músicas de Andalucía, su sonido se ha ido aflamencando. En cuanto a la danza, que se agregaría después, toma sus movimientos de la escuela bolera. No son un palo del flamenco propiamente dicho, porque su baile está coreografiado y su lírica se ha simplificado para acompañar al baile, aunque sí que aglutina diversos elementos estéticos del flamenco. Las sevillanas siempre se interpretan en series de cuatro y se componen de una seguidilla simple de cuatro versos y de un estribillo de tres.
En la actualidad, es considerado uno de los cantes y bailes populares más reconocidos de España. Se cantan y se bailan en las distintas ferias que se celebran en la provincia de Sevilla, siendo su mayor exponente la Feria de Sevilla, así como en las romerías de la provincia de Huelva. Asimismo las encontramos en diversas festividades romerías como la de la Virgen de la Cabeza en Andújar, Jaén. Antiguamente, las sevillanas se bailaban en los patios andaluces y los corralones.
¿Cuál es el origen de las sevillanas?
La convención señala la segunda mitad del siglo XIX, particularmente el surgimiento de la Feria de Abril, como el nacimiento de las sevillanas modernas. Tienen como antecedente las seguidillas, danza popular que se baila en Sevilla desde fines del siglo XVI. Esta danza, de origen castellano vivió un proceso de aflamencamiento al encontrarse en contacto con los géneros flamencos como la soleá, la bulería, el tango o el fandango. Por ejemplo, el pandero y las sonajas de la primitiva seguidilla fueron cambiadas por la guitarra, las palmas y las castañuelas.
Las seguidillas aparecen registradas en la novela picaresca Guzmán de Alfarache (1599), de Mateo Alemán. En Alosno, Huelva, las seguidillas castellanas evolucionan a las seguidillas alosneras que, a diferencia de las sevillanas, se siguen interpretando en series de tres. El poema “La Quincaida”, escrito por Gaspar María de Nava en 1779, incluye una estructura de sevillanas que es independiente al de las seguidillas.
A partir del siglo XVIII se establece la coreografía de las sevillanas y el baile se convierte rápidamente en el elemento protagonista. En cuanto al baile, toma prestados la mayoría de sus movimientos de la escuela bolera: el paseo o paseíllo, la pasada, el zapateado, el careo, las vueltas o el braceo son algunos ejemplos. Las sevillanas de por aquel entonces todavía se bailaban en tres rondas (hoy en día son típicamente cuatro), como por ejemplo las sevillanas “Viva Sevilla” que recogió Federico García Lorca y que grabó en 1931 junto con “La Argentinita”. A lo largo de todo el siglo XIX se documentan muchas sevillanas provenientes de las fiestas populares celebradas por la región.
Los primeros discos se publican a partir de 1950 por los Hermanos Toronjo. Sin embargo, la época más prolífica de este género fue el llamado «boom de las sevillanas», ocurrido entre 1983 y 1988.
En 1992, el director Carlos Saura estrena la película “Sevillanas”, un mediometraje que homenajea este género flamenco y se convierte en una de las mayores antologías audiovisuales tanto de sevillanas clásicas como nuevas. En esta película colaboraron artistas como Camarón, Manuel Pareja Obregón, Tomatito o Merche Esmeralda.
Principales características de las sevillanas
Las sevillanas no tienen su origen en el flamenco sino en el folklore payo-andaluz, igual que los fandangos. Quizás por eso, estos dos palos comparten el mismo patrón rítmico. En el crisol estilístico de los primeros cafés-cantantes, donde muchos palos gitanos se “apoyaron” y muchos palos payos se “agitaron”, las sevillanas empezaron a ocupar un puesto bastante importante en el repertorio flamenco. A continuación destacamos sus principales características.
cuentan con una estructura bien medida y rígida
A diferencia de muchos palos flamencos, las sevillanas no tienen ni tonalidades propias ni melodías específicas sino que se basan esencialmente en su estructura.
La estructura rítmica de un palo con su acentuación. Por ejemplo, describiendo el compás por sevillanas diremos que este compás consta de 6 tiempos con acento en 1 y 4, o sea, 2 compases de 3/4 con el acento en primer tiempo de cada compás.
El baile por sevillanas consta de cuatro partes
El baile normalmente consta de cuatro partes a las que se refiere individualmente como sevillana. Por esta razón, el toque y el cante por este palo siguen el mismo patrón de cuatro sevillanas. A veces, cada sevillana se toca en una tonalidad distinta y a veces pueden estar compuestas en la misma tonalidad.
Suelen bailarse en salas rocieras
Son muy típicas en la Feria de Abril y en las romerías del Rocío. Tanto en las sevillanas como en el flamenco, los bailarines emplean movimientos precisos y tienen un compás y un ritmo preciso
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